sábado, 27 de noviembre de 2010

`Déjame Entrar (Let Me In)´, aguantando la comparación


“Te dije que no podíamos ser amigos…”
-Abby (Chloe Moretz)
Basada en el extraordinario best-seller mundial.” Así es como se vende `Let Me In´. Supongo que a muchos esa frase publicitaria les parecerá tan común como cualquier otra. Pero a mí esas seis palabras me parecen muy calculadas. En primer lugar obvian la anterior película, a pesar de haber tenido muchísima más relevancia internacional que la novela en la que se basa. En segundo lugar puntualizan que la película es una adaptación de esa novela, y no un remake del anterior film. Y en tercero engloban la relevancia de esa historia a mundial, sin mencionar que es sueca. Con todo ello se pretende alejar `Let Me In´ de operaciones parecidas a los interminables (e inservibles) remakes de éxitos europeos, y se intenta que el producto sea valorado de forma independiente.
Pero a pesar del modo de venderla, lo cierto es que se nota mucho la influencia del film de Thomas Alfredson en el film de Matt Reeves (protegido de J.J. Abrams, que le produjo `Monstruoso´). No dudo que las dos películas se parecerán mucho al libro, pero eso no quita que se parezcan mucho entre ellas. Incluso diría que Reeves intenta competir en muchas ocasiones con el film de Alfredson (amistosamente, claro), intentando llevar más allá algunas de las ideas mostradas en éste o limando algunos de sus “defectos”. En el fondo se nota que a Reeves le gusta mucho la película original y que entiende cuáles son sus aciertos. Por eso no ha querido joderlos realizando una comercialización vulgar de esa extraña y maravillosa historia. Así que se concentra en cuidar la puesta en escena, dirigir bien a sus actores, e intenta reproducir los aciertos de aquel film a toda costa, y el resultado es... una película demasiado parecida.
  
Una hermosa repetición
Con lo de “parecida” no me refiero sólo a la historia (que evidentemente ya sabía que no iba a cambiar). Me refiero a que el film americano y el sueco son experiencias muy similares. Si se hubiera realizado una “americanización” rutinaria la película hubiera sido diferente, más comercial. Pero Reeves se esfuerza por mantener lo extraño y lírico de la historia, aunque en realidad no puede evitar alejarse de la frialdad y crudeza de aquella convirtiendo ésta en algo más tierna y cálida (si os fijáis los tonos invernales han sido cambiados de blanco irreal a un dorado mágico). No es de extrañar. Reeves es un cineasta americano, y no puede dirigir como uno sueco. A pesar de ello sorprende su esfuerzo por mantener el funcionamiento del film de Alfredson, logrando que `Let Me In´ se salve de ser un vulgar y desalmado remake, pero impidiendo también al mismo tiempo que el producto logre cierta independencia.  
Así pues, el guión (escrito por el propio Reeves) no se aparta demasiado de lo expuesto en la versión sueca, volviéndose a centrar en la historia de amistad de los dos niños: Abby y Owen (en lugar de Eli y Oscar). Se elimina el personaje del vecino en busca de la verdad, y es sustituido por un detective que no aporta mucho (correcto Elias Koteas). Los vecinos de Owen (y victimas de Abby) son convertidos aquí en sombras que el muchacho espía por la ventana, y a los padres de éste en poco menos que fantasmas que ni siquiera se llegan a ver en pantalla. Así, Reeves convierte en literal lo que en la otra película ya era apreciable: que Owen está completamente sólo en el mundo (ver el modo en que no puede contar con nadie en el momento en que necesita respuestas y ayuda) y que Abby le da un sentido a su vida.
Realmente eso es lo único que aporta Reeves: el convertir la historia en algo más entendible para el gran público sin llegar a vulgarizarla o volverla más comercial (afortunadamente sigue sin parecerse a `Crepúsculo´). Aquí se dicen cosas que en la otra simplemente se dejaban ver: como que el maltratador de Owen se comporta así porque es como le trata a él su hermano, o que el cuidador de Abby (el siempre excelente Richard Jenkins) fue en su día un niño que conoció ella y que lleva cuidándola años (cuando le pide que deje de ver a Owen, aquí más que en la otra se notan sus celos). También resulta mucho más reconocible y entendible (por nuestra cultura) el periodo y contexto histórico en el que se desarrolla la película, por razones evidentes (los discursos televisivos de Regan, la ropa, la música…).  
Pero al final todo eso es un poco anecdótico. Lo realmente importante en la película vuelve a ser la relación entre los dos jóvenes y su extraña relación. Por eso las tramas secundarias han sido reducidas al máximo (Reeves sabe lo que le interesa y no pierde el tiempo con lo demás), y por eso al final el remake americano acaba siendo tan calcado al original: porque la historia de los muchachos es idéntica, punto por punto, y esa era realmente el alma de la primera `Déjame Entrar´. Reeves se permite tomar prestada esa alma para su película, y (como por arte de magia) la belleza vuelve a inundar la pantalla, siendo el espectador arrastrado de nuevo por esta poderosa historia. Hasta tal punto es hipnótico el efecto que a veces hay que hacer un verdadero esfuerzo por recordar cuál de los dos films está viendo uno.  

En la original los dos jóvenes actores suecos hacían un trabajo extraordinario, y (como ya comenté) si la película funciona tan bien es gracias a ellos. El suceso se repite, y hay que señalar como “cómplices” del buen funcionamiento de este remake a los prometedores Kodi Smit-McPhee (`La Carretera´) y Chloe Moretz (`Kick-Ass´). El trabajo de estos dos jóvenes (auténticos actores en potencia) es ya de por sí una buena razón para darle una oportunidad a este remake, pues sus actuaciones son de una madurez y una naturalidad increíbles. Con una mirada, un gesto, una sonrisa, Kodi y Chloe lo transmiten todo, sin necesidad de palabras. Sólo puedo pensar que o bien Reeves ha estado muy encima de ellos o bien la pareja goza de un instinto innato para la actuación.
Es por estas razones por las que no me extraña que la película esté teniendo unas críticas tan buenas y un recibimiento tan entusiasta (a pesar de haber sido un fracaso en taquilla en EEUU). Porque si a esas portentosas actuaciones le añadimos la preciosista puesta en escena de Reeves (que huye del uso convencional del formato panorámico), la más que decente fotografía de Greig Faser (que como he dicho apuesta por tonos dorados) y la magistral partitura de Michael Giacchino (una de las más hermosas bandas sonoras escuchadas este año, terroríficamente bella); nos da como resultado un film muy bueno. Lamentablemente hay ciertas cosas en las que el film de Reeves no resiste la comparación con su homologo 

Me refiero sobre todo a los “efectos” que le añaden a Abby en las escenas en las que se la ve caracterizada como vampiro. Realmente pienso que esas escenas no pegan mucho con el tono de la historia (no me extrañaría que hayan sido exigencia de los productores) e incluso los efectos me parecen poco conseguidos (más que un vampiro, Abby parece Gollum). Reeves falla al reinventar estas escenas de terror, y así se pierde uno de los puntos fuertes del original. Algo más inspirado está en las escenas de los ataques del cuidador de Abby (sobre todo la segunda, con un accidente de coche visto a través de una cámara subjetiva muy conseguido) o incluso reinventando las escenas más míticas del original (la mujer estallando en llamas, o la del final vista bajo el agua de la piscina). Pero nada acaba quedando tan perfecto con en el film sueco.

Conclusión
No cabe duda de que `Déjame Entrar´ es una muy buena película, el problema básico es que ya estaba hecha. El film de Matt Reeves no ofrece ninguna novedad, porque realmente tampoco lo busca. Se podría haber vuelto a la fuente (la novela de John Ajvide Lindqvist) en busca de más información, con vistas a explorar otros puntos de vista de la historia: el pasado de Abby, el pasado de su cuidador, la vida del detective, la relación de Owen con sus padres… ¡qué diablos! Ya puestos podrían habernos mostrado dónde les lleva el viaje a los dos muchachos al final, en lugar de volver a dejarlo en incógnita.
Pero Reeves no está interesado en nada de eso. Lo que el director de `Monstruoso´ hace es demostrar su amor por esta historia durante aproximadamente dos horas y dejarnos exactamente en el mismo punto. Es por ello por lo que, al ser un ejercicio tan bello, la película se disfruta, pero al final la sensación que le queda a uno es la de vacío. Eso es lo bueno y lo malo del remake dirigido por Matt Reeves, una película que me parece condenada a estar a la sombra del film de Tomas Alfredson. Porque `Let the Right One In´ es una gran película, que tiene su relevancia en la historia del cine. `Let Me In´ se queda en un cuidado y hermoso ejercicio de estilo, lo cual tampoco es moco de pavo.
En definitiva, habrá que seguir la pista a Matt Reeves en futuros proyectos (tiene pendiente `Monstruoso 2´), pues ha demostrado ser un tipo bastante competente al que merece tener en cuenta. Lo mismo se puede decir de Kodi Smit-McPhee y Chloe Moretz, que si no la joden tienen un gran futuro por delante.
PD: El otro día me compré la novela de Lindqvist, que han editado a cuento del estreno de la película (veinte eurazos me clavaron…). Ahora mismo ando perdido entre sus páginas, intentado entender cuál es la extraña fuerza de esta historia. Una cosa tengo ya clara: la novela es bastante más sórdida que ambas películas.

1 comentario:

haitor2008 dijo...

¿Pero que? lo de siempre tio... cuentas la peli pero no el final... con el frio que hace, nieve y la niña en pijama ¿le deja entrar o no? jajajajajajajajajaja.