sábado, 20 de agosto de 2011

`Super 8´, magistral ejercicio de nostalgia y pasión cinéfila


“Hay cosas malas, hay cosas malas… pero todavía puedes vivir.”
-Joe Lamb (Joel Courtney)
Cuando se anunció que `Super 8´ (id, 2011), la nueva producción de J.J. Abrams, finalmente no se estrenaría en España hasta finales de agosto (cuando su estreno en Estados Unidos iba a ser a mediados de junio) yo fui de los que se llevó las manos a la cabeza, escandalizado por el injustificado y excesivo retraso de este blockbuster veraniego que (por los trailers y su completamente nostálgico y maravilloso cartel) parecía que iba a recuperar de manera revitalizada el estilo de las producciones de Steven Spielberg realizadas alrededor de los años ochenta y comienzos de los noventa. Un tipo de cine que alguien como yo, que se ha criado mamando de él, echa inevitablemente de menos. Pero una vez pasado el tiempo y llegado el ansiado momento creo que no exagero si digo que la espera ha merecido la pena, y que `Super 8´ es seguramente el mejor broche final inimaginable para un verano no especialmente llamativo por su calidad (con salvables excepciones).
Sí, amigos. Ese señor de nombre J.J. Abrams, que después de una exitosa carrera en televisión (`Perdidos´, `Alias´) saltó al cine devolviendo la vida a dos series cinematográficas completamente hundidas (con `Misión Imposible III´ y `Star Trek 2009´), ha mirado hacia atrás con ojos nostálgicos, y el resultado es ni más ni menos que la mejor película que nos ha dado el verano y, por ahora, una de las mejores del año, por mucho que algunos cínicos se empeñen en no verlo y en desmerecer las cualidades de una cinta sencillamente maravillosa, mágica y emotiva. De estos sujetos nunca faltan, pues tiene que haber de todo. Afortunadamente, el cine, cuando está bien hecho y especialmente cuando desprende tanto amor y cariño en cada fotograma como es el caso, no necesita de defensa alguna. Sencillamente se defiende solo, y de hecho esta crítica es completamente innecesaria (en el supuesto de que alguna no lo sea), lo reconozco.

Pero aunque innecesaria, esta defensa es algo que me sale de dentro, no tiene nada que ver con una supuesta pedantería cinematográfica, con dejarme arrastrar por la corriente ni con dorar la píldora gratuitamente a nadie. Este escrito es simple y llanamente una declaración de amor absoluto a una película que, por haber nacido en esta época (como una flor preciosa en mitad del desierto) tiene inexorablemente un cierto valor añadido (como el que no para de buscar cierto personaje en uno de los muchos “guiños” cinéfilos desarrollados dentro de la trama), pues toda ella es un mastodóntico homenaje no sólo a Steven Spielberg (productor y parte activa en este ejercicio que contiene innumerables ecos de toda su filmografía y producciones), sino a una época diferente: a otro estilo de hacer, ver y sentir el cine. Es por tanto, un ejercicio tan lleno de ternura y nostalgia como también de riesgo y valentía.
El auténtico éxito se Abrams es recuperar ese estilo, permitiéndonos a los que (como él) hemos crecido y disfrutado con este tipo de producción volver a revivir sensaciones pasadas (de una manera increíblemente intensa, por cierto), al tiempo que nos habla de su propia pasión por el cine al plantear como protagonistas a unos jóvenes que no se diferenciarían mucho de Spielberg y él en sus tiempos mozos, ofreciendo así un rico juego metalingüístico. Ese toque personal de la historia escrita por el propio Abrams (a pesar de estar construida a base de homenajes) ayuda a vitalizar una producción que no se siente en ningún momento como un producto anticuado (me vienen a la mente ejercicios estériles como `El Buen Alemán´ de Steven Sodenbergh), y eso es lo que la convierte en un film magistral como no lo eran otros que homenajeaban o nos devolvían al cine de los ochenta (`Predators´, `Miedos 3D´, `Los Mercenarios´…): su perfecta fusión de lo viejo con lo moderno, algo que Abrams ya había conseguido en cierta manera con su nueva versión de `Star Trek´, pero que aquí se ve ampliamente mejorado por su decisión de apostar por maneras clásicas en lugar que por la actualización, dando como resultado su mejor película hasta la fecha.

Así pues, y a pesar de que Abrams es un narrador abiertamente moderno (no en vano curtido en televisión), muy aficionado a los filtros, a los efectos de luces y a jugar con la cámara, a no dejarla quieta (de manera mucho más inteligente, todo hay que decirlo, que gente como Tony Scott o Michael Bay), aquí su puesta en escena es completamente clásica, muy elegante y con secuencias, aunque sencillas, increíblemente bien planificadas y ejecutadas (aunque manteniendo, eso sí, los particulares efectos de luz marca de la casa). Todo esto queda de manifiesto ya desde el genial prólogo, en el que ya queda claro que lo que el director ha hecho es mucho más que el capricho de enfrentar a los chavales de `Los Goonies´ contra el bichejo de `Mosntruoso´ (algo de por sí bastante excitante), sino que hay un esfuerzo por crear una historia con un sólido fondo dramático (una pérdida que destroza dos familias), y realmente comprometida con los sentimientos de unos personajes que entendemos, que nos importan y que (antes de finalizar la proyección) aprendemos a querer.
No está nada mal en la época en la que el sentido del entretenimiento (incluso desgraciadamente en uno producción con el nombre de Steven Spielberg) se basa en la nada más ruidosa y aparatosa posible. Abrams, por fortuna, aúna con un exquisito buen gusto lo espectacular (el impresionante descarrilamiento del tren, que deja a Michael Bay en calzoncillos) con lo emotivo, sabiendo tratar cosas como la amistad, el amor, la difícil relación paterno-filial y la pérdida de un ser querido (esa mágica escena con Alice confesándose en el cuarto de Joe, en la que nada menos que un proyector que deslumbra la imagen sirve como vehículo para recordar el pasado, imposible un flashback más coherente). En este contexto, la amenaza de un extraterrestre cabreado con la raza humana (no sin motivo) no es más que el “Macguffin” para generar el caos y poner a prueba a los personajes (de hecho no vemos al susodicho ser hasta el final, a pesar de ser el protagonista de unas impresionantes set pieces deudoras de `Tiburón´ y `Jurassic Park´), conduciéndoles hacia un final “reconciliador” muy criticado (por ingenuo e infantil, supongo), pero que no deja de ser perfectamente coherente con el espíritu esperanzador y redentor del relato.

En definitiva, `Super 8´ es un tipo de aventura que se siente, capaz de devolverle a uno las ganas de soñar, de mirar al cielo con ojos esperanzadores; y en el que cada uno de sus artificies, desde los inmejorables actores por mucho que no sean de renombre (Kyle Chandler está fantástico, y las interpretaciones de los jóvenes Joel Courtney y Elle Fanning son estupendas), hasta el compositor Michael Giacchino (increíble y grandilocuente homenaje a John Williams), realizan un trabajo admirable. Al final (ojo a las desternillantes grabaciones que acompañan a los títulos de crédito) uno tiene ganas de llorar, de aplaudir, de gritar de entusiasmo. Y después abandonar la sala, todavía regocijándote por el festival de pasión cinéfila al que acabas de asistir (lamentando quizá que no se hagan más superproducciones así, más preocupadas en robarte el corazón que el dinero), de igual manera algunas de sus imágenes te las llevas contigo (como la del protagonista agarrando el colgante de su madre suspendido hacia el cielo en el desenlace: tierno y emocionante) pues son momentos tan poderosos que resultan imborrables. CINE, con mayúsculas. 

5 comentarios:

Unknown dijo...

Jajaja, lo siento, lo siento,lo siento! Pero por más que está película esté tan bien elaborada (que lo está) a mi, personalmente, no me ganó tanto como a ti (lo cual es perfectamente respetable). Me entretuvo, la disfruté y reconozco que es mucho más que lo que otras cintas veraniegas aspiran, pero creo que sencillamente no fue lo que esperaba al ver tantas alabanzas hacia esta cinta.

www.rlnmovies.blogspot.com

Alain Rodriguez dijo...

Por dios, ¡no me tienes que pedir perdón porque la peli no te entusiasme! XD Cada persona es un mundo y las mismas películas nos dicen cosas diferentes a cada uno.

Esta película, por cómo soy yo, por el tipo de cine con el que me he criado y por sus guiños cinematográficos es sencillamente una gozada, pero entiendo que haya otra gente menos entusiasta e incluso que no le guste.

Saludos ;P

Unknown dijo...

Qué pasó colega? Aquí viniendo a dar una de mis vueltas para ver si no has publicado nada nuevo. Lástima que no jaja, creo que de todos los blogs de crítica que leo, el tuyo es el mejor. Espero ansioso tu próxima entrada. Saludos


www.rlnmovies.blogspot.com

Alain Rodriguez dijo...

Gracias por el halago ;) Lo cierto es que he andado bastante liado con el final de curso y ahora me estoy tomando un tiempo de calma para ver todas las pelis y series que se me habían escapado. Espero adelantar con el blog en las próximas semanas, a ver qué tal ando de tiempo/ganas... :)

Unknown dijo...

Jajaja sé lo que es estar presionado por finales de curso y todos esos rollos...En fin jaja, mucha suerte con eso y por aquí nos andamos leyendo. Saludos :)